2.24.2010

La catástrofe Maltusiana (continuación del post anterior)


Nadie puede predecir el futuro. En un mundo tan cambiante como el actual, pocas proyecciones a más de una década pueden ser posibles. Pero es importante destacar algunos problemas que exigen una pronta reflexión:

Población: El número de habitantes sobre el planeta sigue en aumento. Algunas teorías esperan una reducción en el índice de natalidad hacia futuro, cuando la humanidad toque el umbral de su propia sustentabilidad. (La ONU vaticina una reducción de la población mundial para finales de siglo, pero no da explicaciónes de ello). Actualmente no se ha dado ni en un solo punto, y las argumentaciones son más bien vacuas esperanzas, ya que la experiencia demuestra que el índice de natalidad es mayor en los países pobres.
Se calcula que la población mundial se duplicará en los próximos 30 o 40 años.

Alimentos: ¿Cómo vamos a alimentar una población de más de 10.000 millones, cuando hoy muchos países sufren de sub-alimentación y hambre? Confiamos en que nuevas tecnologías, que aun no hemos descubierto, vayan a solucionar el problema. Estamos esperando el milagro.

Avances Tecnológicos: Imaginemos que creamos en un futuro un carburador capaz de duplicar el kilometraje con la misma cantidad de combustible. Esto equivaldría, en fines prácticos, a duplicar las reservas mundiales de petróleo. La humanidad esta buscando y esperando, la tecnología que permita aumentar la producción de los suelos. Si bien lo están consiguiendo a paso lento, estas tecnologías exigen también la utilización de otros recursos (en muchos casos contaminantes), y los resultados obtenidos se ven disminuidos por los cambios climáticos.
Otro problema es la reticencia del mercado a reemplazar algunos productos por otros de menor contaminación (como es el caso de los combustibles ecológicos).

Empleo: Al igual que sucedió durante la revolución industrial, los avances tecnológicos que esperamos, van a utilizar menos mano de obra. El trabajo que quedará por hacer será de personal con estudios y altamente capacitado. Los estratos sociales se van a hundir aún mas, generando guetos y favelas en todo el mundo.

Salud: Aun no se sabe a ciencia cierta la tolerancia del organismo a las altas temperaturas y la mayor concentración de CO2. Se supone que una mala alimentación bajará las defensas inmunológicas, y las condiciones de pobreza, serán el cultivo de viejos virus que pensamos extintos.

Finanzas: Hace mucho que escuchamos acerca del Colapso del Sistema Monetario Internacional, según las últimas proyecciones, se producirá a mediados del siglo XXI. Durante los próximos diez años, sufriremos la falta de mercados producida por el desempleo, tras previas pesadillas de recesión internacional, bancarrota de los Gobiernos y colapso del mercado de excedentes del Tercer Mundo.

Guerra Nuclear: Coincido con muchos textos, en que es imposible que se desate una guerra devastadora a escala mundial. Después de muchos años de Guerra Fría, Estados Unidos y Rusia llegaron a un acuerdo tácito de no agresión. La tecnología nuclear es demasiado peligrosa y debe ser manejada con cuidado. Juntos, se han encargado que esta tecnología no llegue a manos de terroristas o países fundamentalistas. Crearon algo muy peligroso, y hoy lo mantienen en el estante de arriba, lejos del alcance de los niños.

El Efecto Invernadero: Si de algo realmente no estamos seguros, es que pasará con el clima en las próximas décadas. Podrían tratarse de unos cambios climáticos graduales o comparativamente suaves, o podrían ser violentos y repentinos. Lluvias torrenciales o largas sequías. De cualquier modo, el cambio climático va a acarrear cambios en la agricultura y la ganadería, produciendo una reducción en la capacidad productiva de los suelos. Algunos conjeturan que el derretimiento de los polos (que ya esta sucediendo) incrementará el nivel de los océanos. También se plante que la las corrientes marinas y la “gran cinta transportara” se verán afectadas, cambiando el panorama climático global. Nadie sabe como responderán las plantas y los árboles a una mayor concentración de CO2 y a una mayor radiación solar. Algunas se extinguirán, otras aumentarán su tamaño a niveles colosales. No sabemos de cual de ellas podremos alimentarnos.

En el año 1798, Thomas Malthus, economista inglés considerado el padre de la demografía, publicó su “Ensayo sobre el principio de la población”. En él, pronosticó que la población aumentaría con más rapidez que el suministro de comida.

Explicó que un organismo (o sociedad) solo puede crecer en la medida en que encuentre recursos para hacerlo. Llegado este límite, la relación sujeto-entorno encuentra un nivel de equilibrio. Malthus, explica que la humanidad utiliza una gran cantidad de recursos para mantener su estilo de vida, pero al llegar a cierto límite, inexorablemente va a caer una Economía de Subsistencia.

Propongo una nueva interpretación de la Catástrofe Maltusiana, de acuerdo a las proyecciones dichas anteriormente.


El cuadro es solo un modo de plantear el problema. Diseñado a ejes cartesianos, el eje inferior sirve como proyección temporal. Mientras que el eje vertical, es puramente arbitrario para graficar la sustentabilidad general.
La línea superior (verde) indica la capacidad del planeta para generar recursos (renovables). Esta capacidad, que durante mucho tiempo consideramos estable, ha comenzado a decrecer por los cambios climáticos y la incidencia directa del hombre sobre la tierra. Malthus no había considerado esto, no era un problema en su época. Es de suponer que la cantidad de alimentos, recursos y agua potable, va a ser cada vez menor en las próximas décadas.
La línea del medio (azul) representa la cantidad de recursos que hoy necesitamos para mantener nuestro estilo de vida: hierro, minerales varios, granos, oleaginosas, petróleo, materiales de fisión nuclear, etc. El uso de estos materiales, en muchos casos, son los responsables del efecto invernadero que reduce la capacidad alimenticia de los terrenos. Esta cantidad sube exponencialmente por los avances tecnológicos, y muchos más si la multiplicamos por la cantidad de personas que habitan el mundo (que dicho sea de paso, también asciende geométricamente).
La tercera línea (roja), representa las necesidades básicas alimenticias de la humanidad, lo mínimo que necesita para vivir (más no sea en condiciones de pobreza global). Al igual que la anterior, también esta íntimamente ligada a la cantidad de habitantes.

Como se puede ver, en algún momento de este siglo, la humanidad va a encontrar el límite a su desarrollo (Catástrofe Maltusiana) y se verá obligada a reducir su consumo de recursos. Muchos lugares del mundo sufrirán una nueva Edad Media, inclusos muchos pueblos se volverán nómadas buscando la comida cada vez más escasa. Se calcula que en este punto, el comercio y el sistema monetario internacional, como lo conocemos, ya habrán desaparecido.
La reducción en el uso de recursos contaminantes, va a frenar la generación de gases de efecto invernadero, y el clima, lentamente, después de muchas generaciones, va a encontrar un equilibrio. Pero en su caída lenta, va a “cruzar” la línea que la humanidad necesita para vivir. Millones de personas morirán de hambre y raras enfermedades. Los futurólogos afirman que más de la mitad de la población terrestre va a desaparecer en los próximos siglos, algunos se animan a decir que solo sobrevivirá menos del 20%.
Si bien nadie sabe a ciencia cierta que nos depara el futuro, las proyecciones hechas según el panorama actual no son nada alentadoras. La humanidad dejó de creer en Dios hace mucho tiempo, hoy reza a la ciencia para que la saque de su auto-condena. No importa el destinatario, la Fe es la misma. Seguimos de brazos cruzados esperando el milagro.

No hay tiempo que perder. Cada minuto cuenta. Tomemos conciencia del mundo que dejamos a las próximas generaciones y empecemos a hacer el cambio hoy.

J.-

2.22.2010

La hipocresía ecológica


Hace unas semanas, descubrí un concurso en Internet que regalaba remeras de la “huella ecológica”. Sin explicar mucho, prometía que era un modo de ayudar al planeta (¿!).

La publicidad toma objetos y valores que son comunes dentro de la sociedad, y los utiliza para difundir o validar sus propios productos. Hoy, utilizan la “moda ecológica” para vender sus productos como siempre lo hicieron. No nos dejemos engañar, los organismos públicos o privados, NO están haciendo nada al respecto. Nadie en realidad, está haciendo nada que produzca un cambio sustancial a corto plazo.Según cálculos recientes, cada individuo necesita hoy 4,3 hectáreas de superficie para mantener nuestro estilo de vida. Lo cual equivaldría a tener 2,4 planetas como la Tierra.

Aquí hay un muy buen test (en ingles) para que entiendan los factores que intervienen en la huella ecológica.

http://www.ecofoot.org/

Primero vamos a identificar algunos conceptos que nos van a ayudar a entender la gravedad de este problema.

Huella ecológica: Es un indicador que representa la cantidad de superficie necesaria para producir los recursos que necesita una persona para vivir, y la biocapacidad de ese terreno para absorber o anular los daños que ocasiona dicha persona. En realidad mide el impacto del hombre en el planeta, es un indicador clave para la sustentabilidad de cualquier forma de vida.

La huella ecológica depende básicamente de tres factores: cantidad de recursos, tipo de desechos y cantidad de individuos.

La cantidad de recursos que utiliza determinada sociedad depende del estilo de vida que ella tuviera. Imaginemos los últimos 500 años de historia acá en América. Antes de la llegada Colón, los hombres vivían en “armonía” con la naturaleza (en realidad esta es una idea actual, ellos no le llamarían nunca de aquel modo), no conocían otro estilo de vida. Se movían de a pié, algunos en canoas de cuero. Cazaban los animales que tenía en las cercanías, y usaban sus pieles como abrigo.

En aquellos años, incluso hoy en el interior del país, el alimento es el único recurso absolutamente necesario que el hombre consume, y lo hace en grandes cantidades, por ello es el mayor depredador del mundo. En los últimos años este factor ha cambiado en función de una modificación dramática del estilo de vida impulsado por intereses económicos.

Todo lo que tenemos a nuestro alrededor (televisores, computadoras, teléfonos, mesas, sillas, paredes, techos, autos, ropa, anillos, zapatillas, etc.), son recursos superfluos que no inciden directamente en nuestra supervivencia y aumentan la huella ecológica.

Hoy las sociedades se mueven gracias al petróleo (tanto combustibles como petroquímicos), la energía eléctrica (generada en usinas nucleares), el consumo indiscriminado de bosques para hacer papel, el uso indiscriminado del agua potable, la explotación exhaustiva del suelo (cosechas sin rotación), y la extracción de minerales varios (hierro, cobre, estaño, mercurio, uranio, etc), que necesitamos para mantener nuestro actual estilo de vida.

El sistema económico alienta y difunde el uso de mayores recursos. Autos cada vez más grandes, de mayores cilindradas, con la última tecnología. Grandes edificios de cemento y vidrio. Teléfonos celulares, gaseosas en envases plásticos, pañales descartables, comida enlatada, etc, etc, etc.

“Nada se pierde, todo se transforma”. Los recursos y objetos que nos rodean, se convertirán en desechos tarde o temprano. Todo lo que tenemos hoy, se convertirá en basura el día de mañana.
La huella ecológica que necesitamos como sociedad (y porque no, como humanidad), aumenta considerablemente de acuerdo al tipo de desechos que tiramos al medio ambiente. El menor problema lo generan los desechos orgánicos (algunos metros cuadrados de tierra negra son suficientes para cubrir todos los desechos orgánicos de una persona). En realidad, el problema está con los desechos industriales, químicos y radiactivos, que hoy generamos indiscriminadamente. Los billones de toneladas de basura que generamos al año, los derrames de petróleo en los océanos, la extracción de minerales con amoníaco, el volcado de químicos altamente contaminares en los ríos, la eliminación de enormes cantidades de CO2 a la atmósfera; son los problemas mas graves.

En definitiva, no se puede hacer nada porque el sistema económico capitalista (que hoy sostiene al mundo) esta basado en la construcción y venta de objetos dispensables, que en su gran mayoría no tienen que ver con nuestra supervivencia, sino con un sentimiento (in entendible) de ostentación y despilfarro.

La solución a este problema, esta en nosotros los consumidores, quienes debemos bajar la demanda de productos. Pero lamentablemente somos arrastrados a un estilo de vida donde el desarrollo personal esta íntimamente ligado a los objetos materiales y lujosos.

Nuestros pequeños egoísmos, están poniendo al mundo en jaque.

Pero el mayor problema, el verdadero problema de fondo, es el de la población. Si bien, el consumo de recursos por personas aumenta por nuestro nivel de vida cada vez más “lujoso” y por ende la cantidad de desechos que generamos; la cantidad de individuos de una sociedad funcionan como una potencia de estos valores.
Nadie reconoce el problema de la sobre-población. Todos los sabemos, pero nadie se anima a decir la única solución posible: no hay que tener más hijos.

Esta sola idea nos aterra como personas, y como estado, socava la primera célula social que es la familia.

Si bien en muchos países altamente desarrollados (y sobre poblados) se han intentado aplicar reglas de control de la natalidad, el índice de crecimiento poblacional en muy pocos casos ha llegado a ser negativo. Para controlar la natalidad social, más que planes sanitarios o campañas nacionales, es necesario un nivel de vida que “distraiga” la necesidad de una familia. Si bien, esta afirmación para muchos puede parecer fascista (incluso para mí), la experiencia mundial demuestra que es real.

En países con alto grado de urbanización y desarrollo, la competencia social dentro del sistema de castas sociales, y el ansia de superación casi egoísta, hace que las familias deban planificar la cantidad de hijos y el momento oportuno para tenerlos.

Países menos desarrollados, más tradicionalistas, y hasta más religiosos, no se plantean la natalidad como un problema, sino como un “derecho” y en muchos casos como una “obligación” religiosa.

Los países con mayor población, son los que tiene el mayor índice de pobreza y mortalidad infantil. África y el sur de Asia lideran la lista.

En los comienzos de la revolución industrial, la población total se estimaba en 1.500 millones. Hoy, estamos en los 6.000 millones, y se espera superar la barrera de los 10.000 millones antes de mediados de siglo. Mientras mas gente haya en el mundo, mayor va a ser la producción de CO2 y gases de efecto invernadero, como así también la cantidad de recursos necesarios para mantener nuestro estilo de vida.
 El problema que presento en este ensayo es arto que obvio… todos los factores suben y cada vez mas rápido. Consumimos cada vez más recursos, generamos cada vez más desechos y todo esto lo multiplicamos por un número cada vez más grande de individuos. Pronto pasaremos el índice de sustentabilidad, la huelle ecológica, lo que Thomas Malthus vaticinó en 1798, y ahora llamamos: la catástrofe Maltusiana.

Este punto, con el que tanto se nos amenaza, en realidad lo pasamos hace años y ahora estamos viviendo las consecuencias. El cambio climático global, va a producir una reducción de los recursos alimenticios (tanto vegetales como animales) y de diversas materias primas que genera el suelo (agua, madera, lana, etc), que van a acelerar este proceso y nos van a ubicar una nueva economía de subsistencia.

Seguiré en otro post.


No seamos hipócritas, comprando una remera de la “huella ecológica”, no ayudamos a nadie. Algunas cosas que si podemos hacer, son:

Agua
1. Cierra el grifo cuando laves los trastes, mientras te cepillas los dientes o te lavas las manos, y en lo posible toma duchas dos minutos más cortas. El tiempo no es significativo pero el ahorro sí.

2. Utiliza la lavadora de ropa con cargas completas.

Energía

1. Desconecta los aparatos que no estés utilizando: aun apagados, consumen energía eléctrica. Pon la computadora a hibernar o apágala si no la vas a utilizar por una hora.

2. Cambia los focos incandescentes por fluorescentes o LED, el consumo de energía es menor y más eficiente -hasta un 80% de ahorro-, además de que tienen una vida útil mayor. Apaga las luces que no estés utilizando, aunque en el caso de los focos fluorescentes, dado que estos consumen más cuando se encienden, apágalos sólo si vas a estar alejado del lugar por más de 15 minutos.

3. Trata de secar la ropa al natural. La secadora requiere grandes cantidades de energía para funcionar.

Transporte

1. Utiliza el transporte público cuando se posible y explora otras formas de transporte, como la bicicleta o caminar.

2. Comparte el automóvil con amigos o compañeros de trabajo para reducir el consumo de combustible y contaminación.

Alimentos

1. Consume local y productos de temporada. Los productos traídos de lugares lejanos implican una inversión en energía para su conservación y combustible para su transporte.

2. Los alimentos ecológicos u orgánicos evitan el uso de químicos y usan técnicas de rotación y asociación de cultivos, que permiten mantener la fertilidad de la tierra.

Basura

1. Separa la basura pensando en el reciclaje (vidrio, aluminio, papel).

2. Utiliza en lo posible productos hechos con materiales reciclados.

3. No tires las baterías a la basura. Los químicos y metales pesados que contienen contaminan los mantos acuíferos y la tierra. Busca un centro de acopio.

Plástico

1. Procura evitar el uso de bolsas y botellas de plástico.

La idea es reducir, reutilizar, reciclar. Pequeños cambios que multiplicados en la comunidad tienen un gran efecto en minimizar el impacto global y garantizar un estilo de vida acorde con la realidad medio ambiental que estamos enfrentando.

J.-


2.19.2010

El Disco



Yo: --Tengo cierto apego a Borges. En un comienzo era una especie de meta pendiente, una especie de curiosidad ¿Por qué todos enaltecen a Borges? Sus cuentos de matones, malandras y cuchillos que leí durante mi adolescencia no me gustaban. Tampoco me gustaba su poesía demasiado personal y rebuscada que leía con mis primeros romances de verano. Ni mucho menos su prosa petulante, diciéndome todo el tiempo “yo se más que vos”.

Talvez como el Jazz, Borges comienza a gustarte a los treinta.

 
Insistiendo en esa meta, después de un tiempo comencé a entenderlo y a desenmarañar sus misterios literarios. Descubrí en él una personalidad fascinante, un prisionero de su propio saber, que se jactaba de serlo, y también un hombre temeroso de la desilusión que produce el amor real. Lo que nunca fue, siempre será bello.
Sus cuentos comenzaron a cambiar mi modo de pensar. Entendí su vasta obsesión por los laberintos y el tiempo, unos no puede existir sin el otro. Los vi, y más de una vez (hoy es uno de esos días), me he perdido en ellos. De algún modo, sus letras guiaron mi mirada, hoy los tigres me fascinan tanto como a él. Pierdo mis ojos en esas largas marcas de tinta, esperando encontrar el destino escrito:  el mío, el del tigre y el de Dios.  Más de una vez, y creo que fueron dos, he encontrado el Aleph en los ojos de una mujer, y en ellos pude ver todo el universo.

 
Uno de los cuentos, que más recuerdo, es El Disco.

Un hombre maduro ya, leñador de toda la vida, vive como un ermitaño en su pequeña cabaña, en los bosques de Sajonia. Todos los personajes de Borges guardan una pequeña parte de sí, como un pedazo de alma de su creador. No entiendo porque, pero siempre les otorga un rasgo característico, nunca personal, sino más bien como un estereotipo (ahora que lo pienso, Borges también era un personaje para sí mismo). En definitiva, el leñador era casi ciego.

Un día recibe la visita de un desconocido. Por compasión, pero más por soledad, le brinda asilo durante esa noche.

El desconocido era un rey, y en sus manos tenía un gran tesoro: El disco de Odín. Una cara dorada (talvez de oro), la otra invisible: el disco tenía un solo lado. No tenía poder ninguno, tampoco servía para nada. Solo era la única cosa en el mundo que tenía un lado solo.

El leñador trató de comprarlo, poseer aquel objeto único en el mundo. Pero ante la negativa, su codicia y su cólera explotaron, y terminó matando al rey por la espalda.

 Almacenero: --¿Porqué me cuenta esto?

 Yo: --Creo haber encontrado el Disco de Odín en esta feta de queso… ¿acaso me viste cara del Rey de los pelotudos, o pensás que soy ciego? ¡Dame otro PBT o te cago a trompadas, Jorge Luis!

J.-

2.17.2010

El gobierno que merecemos. (Continuación del post anterior).



Después de mucho pensar, me he dado cuenta que si la democracia nos queda grande como pueblo, es porque no la merecemos. Aun no tenemos la evolución cultural necesarias para vivir en democracia, pero si para vivir en un autocracia.
A continuación, trataré de definir las características básicas de las autocracias funcionales y su similitud con nuestra historia actual.

Imaginemos que alquilamos una casa, que allí pasaremos cuatro años viviendo, limpiando regularmente, arreglando los desperfectos que puedan perjudicarnos inmediatamente. No nos preocuparemos en pintarla o en reparar la cañería, las goteras del techo la solucionaremos con un balde provisional. No es nuestra casa, los problemas serán de quien la ocupe una vez terminada nuestra estadía.
Este es el tipo de gobierno que tenemos actualmente, la reducción de seis a cuatro años de los períodos presidenciales, solo quitó responsabilidades a quienes están a cargo del manejo del país. Cada gobierno que sube culpa de sus desdichas a los gobiernos precedentes, y al mismo tiempo, toma prestamos internacionales que pagarán los inquilinos futuros.
Muy distinto sería el caso que la casa que habitamos sea nuestra indefinidamente. Ya que cuidaríamos de su manutención, nos preocuparíamos en hacerla funcional a nuestra estadía, y en vez de tapar las goteras con baldes, nos preocuparíamos en reparar el techo.

La historia de Argentina demuestra que mientras más se preocupaban los dirigentes en mantenerse en el poder, más perfeccionaban el sistema interno y el funcionamiento correcto del estado (un claro ejemplo de esto son los gobiernos militares). Hay una marcada preocupación en hacer escuelas, obras de infraestructura, elevar el nivel educacional y el nivel de vida de sus habitantes, y porque no, de controlar los medios de comunicación (formadores de la opinión pública) para que la imagen del gobierno sea siempre positiva. Talvez el ejemplo mas cercano y actual que tenemos de una autocracia regional, sea el caso de San Luís.


Tachados por la prensa nacional como caudillos feudales, Los Rodríguez Saa, han gobernado la provincia directamente desde el retorno de la democracia en 1983 (incluso desde mucho antes, los Rodríguez Saa influyen en la provincia desde 1860). Su gobierno, si bien cumple las normas constitucionales, tiene factores de sobra para parecerse a una autocracia.
En palabras de Alberto: "para gobernar cuarenta años una provincia hay que hacerlo con la familia y los amigos”.
Su sistema de gobierno es similar al de los jeques o califas que mencioné en el anterior post: toman al pueblo bajo su protección brindándoles un mejor nivel de vida, mientras que controlan todo el mercado interno.
El Gobierno de Adolfo Rodríguez Saa se caracterizó por la construcción de numerosas obras públicas, tan así, que fue galardonado por la Organización Mundial de las Naciones como “Gobernador del año” en 1987, año en que una reforma constitucional le permitió ser reelecto indefinidamente.
La ley de promoción industrial que se sancionó durante la presidencia de Alfonsín, permitió que numerosas empresas se instalaran en la provincia cuyana (principalmente en la capital y Villa Mercedes). Las empresas, sorteando los problemas burocráticos y legales (con ayuda de los Saa) se establecieron pagando onerosas sumas, pero también buscando enormes beneficios. La corrupción es un modo de negociar, si ambas partes salen ganando.
También, desde el gobierno, se impulsó el turismo, creando una vasta red de hotelería y servicios de entretenimiento, junto con una estrategia publicitaria a nivel nacional.
El estado comenzó a controlar todo lo que se producía, todo lo que entraba y todo lo que salía, y obtenía dividendos por ello, algunos blanqueados, otros no. Se preocupó en facilitar el comercio de los productos al mismo tiempo que el turismo: creó rutas en perfectas condiciones para el transporte (hoy San Luís cuenta con la red de autopistas más importante del país).
También se dispuso a crear profesionales que sostuvieran la incipiente industria local. Si bien, al Universidad Nacional de San Luís fue inaugurada en 1973, su mayor crecimiento fue durante la gobernación de Adolfo.
En 1988, San Luís, firmó un tratado con las provincias de La Rioja, Mendoza y San Juan, para crear El Nuevo Cuyo (fortaleciendo la integración de la región, mejorando la comunicación y el transporte, promoviendo la oferta de bienes y servicios, y la ejecución de emprendimientos con otros países latinoamericanos)
Gracias al dinero excedente, la provincia se preocupó en disminuir el desempleo creando puestos de trabajo que dependían directamente del gobierno. A través de la coerción y el soborno, controló la mayoría de los medios de comunicación, controlando así la imagen que el pueblo tenía de la administración pública. El pueblo se siente cómodo cuando no tienen carencias y alguien les dice que pensar y que hacer, y hasta en cierta medida, están agradecidos de ello.
Una provincia fuerte y estable, comienza a mostrarse ante el resto de la nación como un pueblo más evolucionado y más “cultural”. Organizó festivales de cine, brindó Internet gratis mediante wi-fi a toda la capital, y porque no, traería las mejores comparsas de Brasil a su tierra.


En 2001, Adolfo deja la gobernación (después de cinco períodos consecutivos) a cargo de su hermano menor Alberto. Formando así un eslabón más en la vasta cadena de mandatos (quince en total) que lleva esta familia en la provincia de San Luis. Alberto fue reelegido en el 2007 con el 85% de los votos.


Todo pueblo tiene, el gobierno que se merece.

J.-

2.16.2010

Evolución social de la Argentina: La democracia es un regalo



Todo pueblo va transitando, a su lento paso, un camino propio. Ese desarrollo social lleva siglos, y podríamos decir que está manifestado por algunos factores comunes: Mayor respeto entre individuos, apego a las normas de conducta, necesidades básicas satisfechas, mayor creencia en el sistema de gobierno, mayor educación, planificación a mediano y largo plazo, etc.
El hombre como individuo, es incapaz de vivir solo. Desde los confines de la humanidad, se ha agrupado y dejado las decisiones del conjunto a un grupo de personas capaces. Como cualquier grupo de individuos, se rige por determinadas normas o reglas (tácitas o no), que determinan su comportamiento dentro del conjunto.

En la primera parte de este ensayo, pretendo poner un ejemplo de los distintos grados de evolución de las sociedades. Para luego identificar los factores necesarios para nuestra propia evolución como país.


IRAK.

Imaginemos la evolución de los distintos pueblos de nuestro planeta. En un comienzo, sus primeras reglas de comportamiento se justificaron de un modo mitológico. En todas las culturas, la religión trazaba una línea (y aun hoy lo hace) entre lo que estaba bien y lo que esta mal. Prometía premios y castigos, de acuerdo a las acciones de los hombres.

Estas reglas, apoyadas por sus creencias o religiones, fueron evolucionando paralelamente al incremento demográfico de los pueblos. A mayor número de individuos, y a sus relaciones cada vez menos violentas, se necesitaban más leyes y mejor modo de controlar las acciones.

El resultado es una evolución de los distintos modos de gobierno que un pueblo elige o tolera.
Tomemos como ejemplo el pueblo de Irak en esta última década. Irak es un meseta casi plana, cuyo centro ocupa toda la vieja Mesopotámia (recordemos pueblos como los sumerios, acadio, babilonios, asirios, etc. que estudiamos en el secundario). Toda la extensión de Irak es recorrida por los ríos Tigres y Eufrates. Al ser una meseta con muy poco desnivel, se han generado innumerable cantidad de afluentes, pequeños lagos y pantanos, interrumpido por franjas de desierto y salinas. Ambos ríos no tienen un cause constante, y las crecidas periódicas (que destruyen aldeas completas) son interrumpidas por largos años de sequía. La geografía alimentó un “pesimismo fundamental” que se reflejó en la lucha entre los habitantes.

Irak nunca conoció la paz, fue invadido por los amoritas, los hititas, los persas, los mogoles, los iraníes, casitas arios y los ejércitos árabes medievales.

Estas guerras constantes se ven reflejadas en las actuales rivalidades que mantienen las diversas tribus: kurdos indoeuropeos, árabes suníes y los chiíes, son un legado de su historia y su geografía.

El pueblo Irakí, sufre el hambre constantemente, y en su penuria se aferra a las viejas religiones persas, mayoritariamente el Islam. La gente, necesita elementos básicos para vivir y responden a quien se los dé. El gobierno que reinó durante mucho tiempo (al igual que en muchos países de medio oriente) fue el tribalismo.

El tribalismo es un proto-gobierno, donde un pueblo se agrupa en una tribu, comparten costumbres y necesidades, y responden a un jefe o patriarca. Estos jefes son elegidos (el pueblo no participa) entre las castas mas poderosas o influyentes, su obligación es satisfacer las necesidades de la tribu. Mantienen su poder autoritario de modos que acá en occidente tacharíamos de violentos y hasta genocidas.

De cualquier modo, el pueblo encuentra no solo un protector, sino un jefe que les dice que hacer y cuando.

Viejas rivalidades mantuvieron en guerra las diversas tribus mesopotámicas, hasta que un jefe mayor, con puño de hierro pudo unirlas.

Al igual que Qin Shi Huang (el unificado, autoproclamado primer emperador de la china), cuando Sadam Hussein tomó la presidencia en 1979, ve que el territorio estaba divido en muchas tribus rivales (chiíes, kurdos, suníes, etc), y su objetivo fue unirlas bajo su propia bandera (el Partido Árabe Socialista Baaz). Mandó su ejercitó a la ciudad de Faluya (bastión de la ofensiva) y la convirtió en cuna del Baazismo. Levantó grandes monumentos para sí mismo, enormes de dimensiones stanilistas, la estrella de ocho puntas (símbolo del partido) fue puesta en cada rincón de Bagdag (el pueblo siguió las imágenes) y como sucedió durante siglos, la tribu más grande absorbió a la mas pequeña a la fuerza.

Sadam, ya con cierta estabilidad social, pudo construir rutas, canales que desviaban las crecidas del río Eufrates, enormes sistemas de diques y riego (indispensables para un clima tan árido) y tendido de la red eléctrica. Esta “paz”, solo fue posible gracias a un gobierno duro severo y corrupto, que la hacía postular como la tribu más feroz de todas. Cada tribu se unió a él, la ferocidad es un signo de poderío. Gobernar aquel sitio exigía una capacidad infinita para dar y una capacidad infinita para herir.

La operación que llevó a cabo Estados Unidos en Irak en 2003, la OIF-I (Operación Libertad para Irak), fue una de las mayores movilizaciones de tropas desde la guerra de Vietnam. Su objetivo, era derrocar el régimen Baazista, capturar a Sadam Hussein y llevar la democracia al pueblo de Irak.
Si bien la primera parte del objetivo fue cumplida, los intentos de llevar la democracia fueron totalmente inútiles.

Al expulsar a Sadam, el país que se mantenía unido por el miedo y la coerción, comenzó a colapsar. El sistema de riego y el tendido eléctrico que el gobierno baazista se encargaba de mantener (con corrupción y amenaza), se deterioró rápidamente privando a muchos pueblos de Agua y Luz. La tensión social fue en aumento, hasta que las viejas rivalidades volvieron a reflotar. Irak volvió al sistema de gobierno tribal que tenía antes de la democracia, donde la policía no tiene ningún poder, sino los jeques de cada tribu. Donde la tribu más feroz, es la que manda. Estados Unidos ofrecía democracia, pero un musulmán no delata a otro musulmán, y mucho menos por algo tan intangible como las elecciones.

Desde su base en Kuwait, y demás puestos de avanzada, el Ejército y la Marina norteamericanos, intentaron construir un gobierno representativo desde sus cimientos. Comenzaron creando comités y grupos de vecinos que rápidamente se veían disueltos. Empezaron a llevar agua y comida (incluso dinero en metálico) a los pueblos más hospitalarios, pero éstos, al tener el favor norteamericano, rápidamente eran reprimidos por tribus rebeldes. Nadie quería ser amigo de los norteamericanos. Crearon grupos de policía y destacamentos en las ciudades mas importantes, pero con el tiempo, los policías que había adiestrado (y armado) comenzaron a cooperar con los insurgentes.

Entonces el ejército se dio cuenta que el único modo de poder gobernar esas tribus es ser la tribu mas feroz de todas y preparó una segunda invasión a los puntos clave de la insurgencia.

De este modo comenzó la OIF-II, segunda parte de la misma operación, esta vez, mucho mas armada y mas agresiva. Pero la enorme cantidad de periodistas y los ojos puestos del mundo en el abanderado de la moral (EEUU), llevó a que su brazo fuera débil, y por presiones políticas, la Administración Bush canceló esta segunda operación.

Hoy Irak vive en tribalismo, como hace siglos lo hace. El ejército norteamericano es una de las tantas tribus que viven en el desierto mesopotámico. Guerreando y peleando todos los días por su subsistencia.

La democracia (y la elección popular) es algo demasiado abstracto e intangible, como para que la entienda un pueblo que aun carece de las necesidades básicas, y su mayor objetivo es la supervivencia.


NUESTRO SUEÑO DE SER PRIMER MUNDO.

Si bien el ejemplo que acabo de contar es bastante extremo. La argentina como pueblo está en un punto medio de su desarrollo, como ustedes han podido conjeturar. Una primera clasificación de estas etapas sería:

--Pueblos Nómades: Recorren la tierra sin un lugar fijo donde quedar. Patriarcales. Necesidades básicas insatisfechas. Creencias locales muy fuertes. Actualmente en Mongolia.

--Tribalismo: Sociedades más establecidas. Infravaloración de la mujer. Guerra étnicas y genocidios. Necesidades básicas insatisfechas. Actuales países de medio oriente.

--Gobiernos autoritarios: Dictaduras. Gobiernos militarizados. Extorsión, represión. Unificación del poder gubernamental. Leyes generales. Cuba y Corea del Norte.

--Democracias débiles: Individualismo. Corrupción. Monedas devaluadas. Productores de materia prima. Países del tercer mundo.

--Democracias fuertes. Mayor respeto social. Mayor nivel educacional. Estabilidad económica. Igualdad social. Países del primer mundo.

--Imperios: Naciones globales. Control gubernamental y moral de vastas zonas territoriales. Superioridad tecnológica y armamentista. Estados Unidos y China.



A primera vista parecen los distintos niveles de Age of Empires o el Civilization, pero en realidad, es una evolución lógica y hasta casi obligatoria, que cada pueblo tiene que hacer.

La segunda idea que reconozco, es que cada pueblo o gobierno, comparte algunos factores de su pasado, mientras que reclama y se muestra algo superior de lo que es realmente. 


Como centro de este ensayo, imaginemos el último siglo de nuestra propia historia, alternada de gobiernos militares y otros democráticamente elegidos. Argentina pasó durante una etapa de evolución, de cambio, donde como en una especie de pulseada, el viejo sistema de gobierno autoritario tenía que irse para dar paso a la nueva democracia.
La represión militar y el manejo autoritario del gobierno; dio paso a un nuevo manejo mas participativo, donde la elección de los representantes sociales es a través del voto universal fue su piedra fundamental. Hubo mayor participación del pueblo en el gobierno. Se logró la igualdad sexual y el voto femenino, junto con innumerables libertades individuales y sociales.

Pero en realidad no estábamos listos para este cambio. No, en el momento en que sucedió. Porque no fue generado por nuestra propia evolución… más bien fue un error.

Luego de la Guerra de Malvinas, la Argentina, entró en 1983 en un estado de adolescencia: exploró las libertades que no tuvo, escuchó la música que le prohibían, y mostró las tetas de la Coca Sarli que siempre quiso ver.
Creció muy rápido. Creo yo, que demasiado rápido.

Luego vendió las empresas que formaban parte del estado, cedió su control, y su tesoro. Pidió préstamos, que no se preocuparía en pagar, ya lo sabían bien. Durante diez años gastó todo el dinero en viajes a Miami, en televisores y en heladeras.

Pero la plata se terminó, y con ella el sueño de querer ser primer mundo.

“Vamos a poner bases que mandaran cohetes al espacio” dijimos, ¡demasiado engreído!, incluso para nosotros. Pero le creímos, NOS creímos.

Evolucionamos demasiado rápido, y hoy estamos pagando el precio de tener algo más grande de lo que podemos manejar. Al pueblo no le importa el gobierno, no se preocupa por quien este de turno si va satisfacer sus necesidades básicas o va a recibir un pequeño sueldo en el banco. La corrupción se apoderó de las más altas esferas, la coerción y la represión siguen siendo (bajo las nuevas reglas de mercado) efectivas para mantener el sistema de control funcionando. La intolerancia de ideas, de religiones, y hasta de equipos de fútbol sigue siendo el causante de los hechos más violentos.

Y talvez, el factor más importante que nos diferencia de las democracias fuertes, sea nuestro individualismo. Sin la capacidad de poder pensar en un bien común como parte del bien personal, es imposible que se valore la democracia que tenemos.

Somos un pueblo inmaduro que no sabemos vivir en democracia. Aun no salimos de la delgada línea que divide los gobiernos autoritarios. Tenemos que aprender a vivir en democracia sino estaremos condenados a volver algunos casilleros, a repetir la historia que tanto repudiamos.
Pienso yo, que ante la imposibilidad de un control militar, hemos generado una nueva especie de gobierno autoritario, que utiliza diversos modos de represión y coerción social, en vez de la mano armada que caracteriza a las dictaduras. Pero los factores sociales siguen siendo los mismos en los últimos cincuenta años.

Un pueblo no toma responsabilidad de su gobierno cuando sus necesidades básicas son insatisfechas, cuando el nivel de desempleo es elevado, cuando no tiene un nivel cultural y educacional que lo haga capaz de decidir diversos modos de gobierno.
No se puede elegir diversas políticas cuando se carecen absolutamente de partidos ideológicamente definidos. De otro modo se termina votando el carisma de tal o cual candidato como lo hacemos hace varias elecciones. Ni mucho menos cuando los votos son pagados.

No se puede planificar a mediano plazo cuando no hay una estabilidad económica que permita las inversiones a largo plazo.

No se pueden generar trabajo desde el gobierno, si el dinero recaudado se gasta en subsidios y placebos sociales.

No se puede pensar en el bien común, cuando estamos más preocupados en nuestro propio bien inmediato.



Personalmente no encuentro una salida viable en los próximos años. Pero aún confío en que este cambio, va a surgir del propio pueblo. Un camino largo, aprendiendo de sus propios errores, valorando cada vez más la democracia que tenemos.

La democracia es un regalo. Hagámonos merecedores de ella. 

J.-